Situada en la parroquia de Toba, es un lugar de gran interés tanto arqueológico como cultura.

Este sitio se asocia con una serie de leyendas y tradiciones populares, lo que la convierte en un atractivo tanto para los investigadores como para los visitantes.

La ubicación de la cueva, en un paisaje rural y montañoso, contribuye a su atractivo y misterio.

La cueva está rodeada de leyendas que le otorgan un carácter místico. Su nombre, que se traduce como "Cueva de los Moros", sugiere una conexión con historias sobre los moros que habitaron la península ibérica. Según algunas leyendas, se dice que la cueva fue un escondite de tesoros o un refugio de la población local en tiempos bélicos. Estas historias han perdurado en la tradición oral de la región y añaden un valor cultural al lugar.

Situados a orillas del río das Laxes, también llamado río de Toba, los Molinos de San Adrián de Toba son un conjunto de construcciones históricas que reflejan la tradición molinera y la vida rural de la región.

Originalmente, estos molinos fueron utilizados para moler granos, principalmente maíz y trigo, que eran esenciales para la alimentación de la población local. La ubicación estratégica junto al río permitió el aprovechamiento de la energía hidráulica para hacer viable este proceso.

Estos molinos no solo eran instalaciones productivas, sino que también eran puntos de encuentro social para la comunidad, donde los habitantes compartían noticias y experiencias mientras esperaban a que su grano fuera molido.

A lo largo del siglo XX, con la industrialización y los cambios en las prácticas agrícolas, muchos de estos molinos fueron abandonados. Sin embargo, su valor histórico y cultural ha sido reconocido, lo que ha llevado a diversas iniciativas para su conservación y restauración.

En la actualidad, los Molinos de San Adrián de Toba han sido objeto de esfuerzos de restauración que buscan preservar su estructura y su historia.

Además, se ha acondicionado la zona con un paseo de piedra, aparcamientos, mesas y bancos.

Estos lugares ofrecen a los visitantes la oportunidad de conocer la importancia de la molienda en la vida cotidiana de la región y el papel que estos molinos jugaron en la economía local.

La Iglesia de San Adrián de Toba, situada en la parroquia de Toba, es una iglesia de origen románico, del siglo XII, con planta de cruz latina y un pequeño ábside. Fue reformada en el siglo XVIII y refleja el estilo barroco rural característico de la época, combinando la austeridad y funcionalidad propias de los templos de la zona.

En el interior, el templo acoge un retablo mayor de estilo barroco que preside el altar principal, donde se encuentra una imagen de San Adrián, el santo al que está dedicada la iglesia.

San Adrián es una figura de gran devoción en la parroquia, y su festividad es uno de los eventos más importantes del calendario religioso local.

Junto a la iglesia encontramos un hórreo de 15 metros de largo y 13 pares de pies conocido como Canastro de Caamaño.

El hórreo de Toba, ubicado en la parroquia de Toba, es un importante símbolo de la identidad local, representando la historia y la tradición de las comunidades rurales de la región.

Es también un atractivo turístico que ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer una parte esencial de la cultura gallega. Su ubicación en un paisaje natural contribuye a su belleza y atractivo, siendo un punto de interés para aquellos que aprecian la historia y la arquitectura tradicional.


La playa de Estorde, en la parroquia de Toba, se encuentra entre los límites de los Ayuntamientos de Corcubión y Fisterra

La playa es de arena fina y blanca y tiene unos 350 metros de ancho aproximadamente y una anchura de 30 metros. Su contorno es semiurbano y sus aguas se consideran tranquilas.

Dispone de accesos señalizados, así como servicios de salvamento marítimo (socorristas). Además también cuenta con duchas, aseos, camping, restaurantes y aparcamientos.

Uno de los fenómenos más mágicos que ocurre en la Playa de Estorde es el conocido "mar de ardora". Este fenómeno natural, también llamado ardentía, ocurre durante las noches cálidas y tranquilas, cuando el agua del mar se ilumina con destellos brillantes debido a la presencia de microorganismos marinos bioluminiscentes. Estos pequeños organismos emiten luz cuando son agitados por el movimiento del agua, creando un espectáculo visual fascinante.

El mar de ardora en Estorde es especialmente impresionante debido a que se combina con un enclave ideal para el avistamiento del cielo nocturno.